No hubo milagro bajo el árbol para los Detroit Lions. En una tarde donde la ofensiva de los Minnesota Vikings parecía destinada al fracaso bajo el mando de un quarterback debutante, fue su unidad defensiva la que se vistió de héroe. Con una actuación histórica de seis balones recuperados, los Vikings vencieron 23-10 a los Lions, arrebatándoles de paso cualquier esperanza de clasificar a la postemporada en esta Semana 17.
El colapso de Detroit
Los Lions de Dan Campbell llegaron a Minnesota con una misión clara: ganar para mantener vivo el sueño de alcanzar a los Green Bay Packers en la lucha por el comodín. Sin embargo, el encuentro se convirtió rápidamente en un desastre logístico para Jared Goff. El mariscal de campo de Detroit vivió una jornada para el olvido, sufriendo dos intercepciones y perdiendo tres fumbles personales que dinamitaron el ritmo de su equipo.
Incluso el juego terrestre, pilar del éxito de Detroit este año, fue neutralizado. La línea frontal de los Vikings asfixió a Jahmyr Gibbs y David Montgomery, limitándolos a un total combinado de apenas 66 yardas. El único destello de luz para los visitantes fue una conexión de touchdown de Goff con el novato Isaac TeSlaa, pero resultó insuficiente ante la hemorragia de entregas de balón.
Victoria con el "suplente del suplente"
Lo más sorprendente del triunfo local fue el contexto ofensivo. Tras la lesión de J.J. McCarthy, Minnesota confió en el novato no reclutado Max Brosmer. El joven pasador tuvo un debut accidentado, completando solo 9 de 16 envíos y siendo capturado en siete ocasiones por la defensiva de Detroit.
No obstante, los Vikings encontraron el camino al triunfo gracias a su disciplina. Mientras Detroit regalaba el ovoide, Minnesota se apoyó en el veterano Aaron Jones y en una espectacular jugada de Jordan Addison, quien selló la victoria con un acarreo de 65 yardas hasta las diagonales. El pateador Will Reichard también fue factor clave al mantener la perfección con tres goles de campo.
El panorama de la NFC
Con este resultado, ambos equipos quedan con marca de 8-8, pero el daño colateral para Detroit es terminal: están oficialmente eliminados. Por su parte, los Vikings cierran filas con orgullo, demostrando que su defensa sigue siendo una de las más temidas de la liga a pesar de las bajas en la posición de quarterback.

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