Morena estableció un decálogo de acciones prohibidas para sus militantes, candidaturas y representantes, como parte de un esfuerzo por blindar sus procesos internos contra prácticas como el clientelismo, el uso de recursos públicos con fines electorales y la manipulación de encuestas.
Durante la sesión del Consejo Nacional, que aún transcurre, el partido fijó las conductas que se considerarán contrarias a sus principios fundamentales.
Entre las más destacadas se encuentra la prohibición de entregar o prometer pagos, cargos, servicios o apoyos de programas sociales a cambio de respaldo político o participación en eventos proselitistas.
Sancionarán el uso del emblema o plataforma del partido para fines personales
También se sancionará el uso del emblema o plataforma del partido para fines personales o de grupo, así como cualquier intento de bloquear la participación de la militancia en procesos internos.
El documento advierte que no se permitirán esquemas clientelares ni la promoción de candidaturas con recursos públicos o mediante campañas anticipadas. Igualmente, queda prohibido el uso de lenguaje sexista, racista o discriminatorio en cualquier expresión política.
Otros puntos clave incluyen el requerimiento de formación ética y política para quienes aspiren a cargos de elección, así como el rechazo a métodos de coacción del voto, como la exigencia de evidencias fotográficas.
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